Unas encías sanas son de color rosado, tienen una textura firme y regular, no presentan sangrado, y tampoco duelen. Sin embargo, hay estudios que demuestran que sólo el 14% de los adultos de mediana edad tiene unas encías completamente sanas.

La inflamación de las encías, también conocida como inflamación gingival, es un problema que afecta a gran parte de la población, y es por eso que muchos pacientes lo perciben como algo habitual y no le dan la importancia merecida. Esta inflamación se suele manifestar mediante un aumento en el tamaño de las encías, junto con un cambio de color de las mismas hacia un tono más rojizo. A consecuencia de la hinchazón, los pacientes también pueden experimentar sangrado y dolor en las encías.

Que sea un problema común no significa que no debamos prestarle atención, ya que la inflamación de encías puede estar alertándonos de una afección mayor. Por ello es importante que, ante esta situación, acudas a tu dentista para que determine la causa de la inflamación y pueda aplicar a tiempo el tratamiento más adecuado.

¿Por qué se inflaman las encías?

Los factores por los que una encía se puede inflamar pueden ser varios. A continuación, exponemos las causas más comunes:

Gingivitis: La enfermedad de encías en su estado inicial se denomina gingivitis, y se suele producir por una acumulación de placa bacteriana entre los dientes y las encías, debido a una higiene oral deficiente. Si la placa bacteriana no se elimina, se endurece y se transforma en el conocido sarro,
que crea una protección para las bacterias y causa una inflamación de la encía, la cual se hincha y sangra con facilidad.

Periodontitis: Si la gingivitis no se trata, puede derivar en una periodontitis, conocida popularmente como “piorrea”. Esta enfermedad produce una destrucción progresiva de los tejidos que rodean y sostienen los dientes, y también puede cursar con inflamación gingival. La periodontitis es una de las primeras causas de movilidad dental y si no se trata a tiempo puede incluso provocar la pérdida de los dientes.

Brackets: Otra de las situaciones en las que es frecuente ver encías inflamadas es en los pacientes que llevan brackets.

Déficit nutricional: Otras de las causas de la inflamación de encías (aunque en menor grado). Es posible que la inflamación de encías sea por alguna carencia a nivel nutricional, por ejemplo, por falta de vitamina C o hierro en la dieta.

Cambios hormonales:
Algunos cambios hormonales, especialmente los que experimentan las mujeres en momentos concretos como en la pubertad o en el embarazo, pueden provocar inflamación gingival.

Sensibilidad a algunas sustancias o medicamentos: Algunas personas pueden tener las encías inflamadas como reacción a algunos productos que
contienen determinadas pastas de dientes o algunos enjuagues. La inflamación también se puede dar debido a la prescripción de determinados fármacos o medicamentos.

¿Cómo puedo saber si mis encías están inflamadas?

El síntoma más evidente de la inflamación de encías es la propia inflamación. No obstante, existen otras señales que te pueden ayudar a saber si tus encías están inflamadas:

  • Encías rojas: las encías de color rojo o púrpura es un signo de alerta que nos debe hacer sospechar que existe algún problema.
  • Sangrado: el sangrado espontáneo, durante el cepillado o al morder ciertos alimentos, es un claro indicador de que algo no va bien en las encías.
  • Mal aliento: tener mal aliento o un mal sabor en la boca, también puede ser señal de una enfermedad gingival.
  • Dolor: las encías inflamadas suelen estar más sensibles e irritadas y pueden notar molestias tras aplicar una presión moderada, por ejemplo, al cepillarse los dientes o al comer.

¿Qué debo hacer si mis encías están inflamadas?

Lo primero que debes hacer si notas las encías inflamadas, es acudir a tu dentista de confianza para que pueda determinar la causa, ya que el tratamiento variará en función del origen de la hinchazón.

Como la causa principal de la inflamación gingival suele ser la presencia de placa bacteriana, el tratamiento debe ir dirigido a eliminar las bacterias acumuladas entre los dientes y encías. En estos casos, el primer paso para tratar la inflamación, es realizarse una higiene dental profesional o profilaxis dental. Si las bacterias han profundizado en el interior de las encías, se deberá frenar el proceso mediante una higiene dental profesional  más profunda, tratamiento conocido como curetaje o raspado dental. Como complemento es probable que se te recomiende el uso de un colutorio durante unos días para apoyar el tratamiento en casa.

En el caso de que la inflamación de encías esté presente en un paciente portador de ortodoncia fija, podemos ayudar a desinflamar la encía con ayuda de una profilaxis dental, junto con una correcta rutina de higiene oral en casa. Estos pacientes requieren un poco más de esfuerzo durante el cepillado diario, complementando siempre la higiene con el uso de un hilo dental especial para ortodoncia, cepillos interporximales, e incluso un irrigador bucal.

Sin embargo, si la inflamación gingival está relacionada con la dieta del paciente, aconsejaremos seguir una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y libre de azúcares añadidos. Si en cambio el problema está en algún componente de la pasta dental o colutorio usado, recomendaremos cambiar la marca del producto. Y si el responsable de la inflamación se relaciona con el consumo de algún fármaco, deberemos hacer una interconsulta con el médico que controla la medicación
del paciente, porque a veces se puede mejorar la situación ajustando la dosis del fármaco o sustituyéndolo por otro distinto con el mismo efecto terapéutico.

Por último, si la inflamación gingival está causada cambios hormonales, es importante que los pacientes en esta etapa visiten a su dentista de forma regular para poner solución a la inflamación gingival con las medidas oportunas.

Remedios para prevenir la inflamación de encías

Entre los consejos que recomendamos para evitar el desarrollo de una inflamación de encías, destacamos:

  • Cumplir con un correcto cepillado dental después de cada comida durante 2 minutos.
  • Complementar el cepillado dental con el uso de hilo dental o cepillos interproximales, al menos una vez al día.
  • Utilizar la pasta dentífrica y el colutorio recomendados por tu dentista.
  • Limpiar la lengua con ayuda de un limpiador lingual antes de irnos a dormir, para eliminar las bacterias que se depositan sobre ella.
  • Acudir al dentista para realizarse una limpieza profesional al menos una vez al año, o cada 6 meses si eres propenso a producir sarro.
  • Mantener una alimentación sana y equilibrada, evitando los alimentos con azúcares añadidos y aumentando el consumo de frutas y vegetales.
  • Beber mucha agua para eliminar los depósitos de alimentos, lo que evita la formación de placa bacteriana.
  • Restringir el consumo de alcohol y tabaco, ya que influyen negativamente en la salud gingival.

Conclusiones

Las encías inflamadas es uno de los problemas que más vemos entre nuestros pacientes, y como en muchas ocasiones no cursa con dolor, el paciente no le presta atención y cree que puede ser un proceso sin importancia. Los motivos comunes por los que una persona con inflamación gingival acude a la clínica es, o bien porque tienen dolor en sus encías, o bien por una mera cuestión estética ya que no les gusta el aspecto de su sonrisa. Sin embargo, tal y como hemos
reflejado en este artículo, la inflamación gingival puede ser un síntoma de una enfermedad de las encías que, si no se detecta de forma temprana y no se tratan adecuadamente, puede llegar a ocasionar la pérdida de los dientes.

Por eso, si notas que tus encías están hinchadas, enrojecidas o te sangran, debes acudir a tu dentista para que pueda realizar el tratamiento conveniente y darte las
pautas necesarias para evitar que el problema se repita de nuevo. Con unos hábitos saludables, una buena rutina diaria de cuidado bucal, y cumpliendo con una o dos visitas anuales al dentista, podemos evitar el desarrollo de inflamación gingival en la mayoría de nuestros pacientes.