Las caries en su fase más inicial suelen ser asintomáticas, es decir, no producen ninguna señal que alerte al paciente de su presencia. Éstas suelen detectarse en revisiones dentales periódicas, lo que nos permite tratarlas de forma temprana sin complicación alguna.

Cuando éstas van progresando, pueden provocar sensibilidad al frío y/o al comer alimentos dulces. En las situaciones donde la caries ya está más avanzada, el paciente puede notar una serie de síntomas que nos deben alarmar, como son la sensibilidad tanto al frío como al calor, molestia al comer alimentos dulces o ácidos, dolor a la masticación, mal aliento, cambio de color en la superficie visible del diente, o la presencia de huecos en alguna parte del diente.